
La venta de suplementos ha crecido de forma exponencial en los últimos años. Debido a esto se han multiplicado los estudios que los investigan. En el caso de la suplementación con vitamina C, existe una nebulosa compleja de opiniones variadas, ya que parece actuar de forma diferente según la dosis y el sujeto que la utiliza…
La vitamina C es un nutriente con una potente capacidad antioxidante. Se encuentra en diferentes alimentos y, actualmente, también en multitud de suplementos. En principio, al ser una vitamina hidrosoluble (se disuelve en agua), no se acumula en el organismo. Si la ingerimos en exceso nuestro cuerpo la eliminaría mediante la micción.
Esta vitamina tiene múltiples funciones e interviene en los procesos de absorción y formación de otros compuestos:
- • Síntesis de colágeno
- • Absorción del hierro no hemínico
- • Poder antioxidante
- • Etc.
Sin embargo, la suplementación con esta vitamina es criticada por disminuir las adaptaciones del entrenamiento cuando se tienen altas dosis en sangre. Esto se debe a que disminuye la inflamación muscular, necesaria para la síntesis/reparación de este tejido. Otro aspecto negativo que se la atribuye es su cambio a prooxidante cuando se encuentra en exceso.
¿Entonces, qué es lo adecuado?
Actualmente la sociedad se vive expuesta a enfermedades de diverso tipo: dermatitis, gripes, resfriados, obesidad, vasculopatías, cáncer… Estas enfermedades tienen un factor común que es la inflamación sistémica del organismo. La suplementación con vitamina C reduciría esa inflamación bajando la incidencia y prevalencia de patologías agudas o crónicas. Sobre esto, la prestigiosa revista Nutrients ha publicado un estudio metaanalítico que expone lo siguiente:
“La vitamina C puede acortar la duración de la estadía en la UCI. Este hecho cuesta solo unos centavos por gramo, mientras que un día en la UCI puede costar miles de dólares; por lo tanto, una disminución del 8% en la estancia en la UCI a partir de la administración de 2 g / día de vitamina C justifica una investigación adicional”
Como conclusión, debemos valorar si la suplementación con esta vitamina es necesaria o podemos intervenir de una forma más segura a través de la alimentación del paciente. No parece que sea peligrosa la utilización pero hayciertos casos en los que no es aconsejable (por ejemplo, con pacientes con hemodiálisis ya que hay riesgo de oxalosis).
Bibliografía: NCBI y Nutrients Open Access Journal