
¿El consumo de té está justificado como reductor del estrés? ¿Existe evidencia que respalde esta posible mejora fisiológica? Para responder a todas estas preguntas nos apoyaremos en un estudio de cohorte sobre 30 estudiantes universitarios.
El estrés es un factor que desequilibra la homeostasis del organismo. Estos componentes estresores pueden ser de carácter psicológico o fisiológico. La respuesta que tenga nuestro cuerpo ante ellos es crucial para la salud y el correcto funcionamiento de las miles de reacciones del cuerpo. Cuando sucede un episodio agudo o se mantiene de forma crónica, se da como resultado la activación del sistema nervioso simpático (SNS) y se inhibe el sistema nervioso parasimpático (SNP). Esta respuesta genera una variabilidad en la frecuencia cardíaca (VFC) que es lo que se medirá en el estudio que analizamos.
El siguiente estudio se realizó con la siguiente metodología:
- • Se preparó una habitación con factores ambientales controlados (temperatura, luz, ruido) para evitar estímulos externos
- • Se hicieron dos grupos de forma aleatoria
- • Los participantes se habituaron al entorno durante 10 minutos.
- • Posteriormente, uno de los grupos consumió el té fortificado con GABA (siguiendo el método de preparación del fabricante)
- • El otro grupo tomó el té sin fortificar con GABA
- • Se realizaron mediciones antes y 30 minutos después de ingerir el té con los dos grupos
Tras el análisis de los resultados, parece que el té fortificado con GABA tiene mayor efecto sobre el estrés agudo que el té normal, mejorando la VFC.
Hay que tener en cuenta las limitaciones de este estudio. El grupo de personas es pequeño pero la metodología es bastante adecuada. El té Oolong fortificado con GABA puede ser una ayuda en casos de alto estrés. Las evidencias comienzan a respaldarlo aunque todavía se deben realizar muchos más estudios que corroboren que esta mejora es debida al GABA y no a otros compuestos presentes en la infusión.
BIBLIOGRAFÍA: NY Times y Frontiers in Nutrition