Hoy analizamos un reciente artículo de investigación dónde se expuso al dióxido de titanio (TiO2) frente a la microbiota y la fisiología de nuestros primos (genéticamente hablando) los ratones.
Se conoce que la interacción de estos microorganismos con nuestras células es crucial para definir el bienestar del organismo. Una disbiosis acompañada de un proceso inflamatorio se relaciona con múltiples patologías. Por esto, es esencial el estudio intensivo de este colorante para conocer la teórica inocuidad que los organismos reguladores declaran.
Este estudio investigó el impacto de las dosis fisiológicas (2 y 10mg TiO2/kg/día) y el de dosis altas (50mg TiO2/kg/día) en la composición y función de la microbiota y colon de los ratones. Además, se observó la función e inflamación de la mucosa y el tejido epitelial después de 3 o 4 semanas de tratamiento.
Los resultados fueron los siguientes:
• El uso diario de TiO2 deterioraba la homeostasis de los ratones
• Causó cambios en los metabolitos bacterianos
• Promovió la formación de biopelículas (dificultan la comunicación bacteria-huesped)
• No tuvo un impacto significante en la composición de la microbiota
• Aumentó el número de citoquinas inflamatorias, de macrófagos y de células T
• Disminución en la longitud de la cripta colónica (al igual que sucede en enfermedades inflamatorias intestinales)
(más conclusiones en estudio original)
Tras esto, se pudo ver como directamente el aditivo puede modificar nuestra salud intestinal (puesto que no somos únicamente células y las bacterias se han visto afectadas) a corto plazo. Los autores declaran que con una exposición más longeva podría empeorar el impacto.
Otro aspecto a tener en cuenta es que la población humana no está expuesta únicamente a este aditivo, por lo que es de vital importancia que se mejore la regulación de estos componentes alimentarios para asegurar la salud de los consumidores.
Se necesitan muchas más investigaciones para llegar a conclusiones serias pero estudios como el que acabamos de comentar nos facilitan indicios importantes y nos crean la necesidad de aplicar ese principio que se olvida tantas veces:
“El Principio de Precaución”
(Adopción de medidas protectoras ante las sospechas fundadas de que ciertos productos o tecnologías crean un riesgo grave para la salud pública o el medio ambiente, pero sin que se cuente todavía con una prueba científica definitiva)
Autores: 2019 Pinget, Tan, Janac, Kaakoush, Angelatos, O’Sullivan, Koay, Sierro, Davis, Divakarla, Khanal, Moore, Stanley, Chrzanowski y Macia.
Bibliografía: Frente. Nutr., 14 de mayo de 2019 | https://doi.org/10.3389/fnut.2019.00057
Alejandro Luque Figueroa