Si después de comer sientes gases, acidez, náuseas o se te hincha el abdomen, tu digestión no está en forma. La indigestión es uno de los trastornos más comunes en los países desarrollados. Muchas personas se indigestan debido a los excesos de comida y bebida (en Estados Unidos las personas hospitalizadas por enfermedades digestivas superan los tres millones). Las infusiones o supuestos digestivos pueden aliviar las molestias de una mala digestión, pero está en nuestras manos evitarnos el mal rato.
Hay alimentos que nos pueden ayudar a prevenir y evitar las molestias digestivas. “Nuestro sistema digestivo cocina el alimento, es una caldera que extrae energía para el resto del organismo, si la caldera no tiene potencia hemos de usar más los fogones para poderla ayudar a extraer los nutrientes del alimento. En Dietética Energética jugamos con el equilibrio entre lo que nos aporta el alimento y lo que puede absorber nuestro organismo a través de la digestión. Las hojas amargas como la rúcula, los canónigos, los berros, las espinacas baby y las hojas de roble serían de los pocos alimentos que podemos comer crudos, muy bien masticados, en poca cantidad y al mediodía si gozamos de buena salud. Estos alimentos son de sabor amargo y estimulan los jugos digestivos para poder hacer una buena absorción de ellos. El resto de verduras dependerá de cómo esté nuestro fuego digestivo. De nada sirve comer alimentos con una carga nutricional muy elevada (vitaminas, fitoquímicos, minerales…) si no gozamos de una excelente fuerza digestiva que nos permita desmenuzar, preparar y absorber esos nutrientes”, apunta Gemma Hortet, Dietista y Coach de Salud. Especialista en Nutrición Energética y Directora del Master de Nutrición y Cocina Energética Integrativa.
Cómo comemos también influye y mucho en nuestra digestión. En este sentido, Pilar Benítez, especialista en cocina natural, energética y terapéutica, y colaboradora del Centro de Medicina Biológica y Nutrición Energética de Barcelona, apunta que “una buena digestión empieza en la boca, con la masticación. A la hora de asegurarnos una buena digestión, es crucial iniciar bien el proceso, y eso requiere una atención detenida a la insalivación y a la masticación. Para ilustrar su importancia, existe un sabio y antiguo refrán que dice: Hay que beberse la comida y masticar el agua”. Benítez también apunta que la indigestión puede ser consecuencia de comer demasiado o demasiado rápido, ingerir alimentos grasosos o comer en momentos de estrés. Además, fumar, beber demasiado alcohol, consumir algunas medicinas, y el cansancio excesivo también pueden causar indigestión.
Por el contrario, comer pausadamente, masticar con conciencia, comer en un ambiente tranquilo, cenar temprano, y seguir un orden adecuado con los alimentos beneficiará a nuestras digestiones. “Para el estómago resulta también de importancia fundamental el orden de ingestión del alimento en las comidas: debemos empezarlas siempre por la proteína. No obstante, se puede anteponer una sopa salada antes de la proteína, que estimulará la secreción de jugos gástricos. No debemos empezar la comida ni con ensaladas, ni con verduras, ni con cereales. Es conveniente comenzar primero con la proteína, porque el estómago se encargará inmediatamente de la secreción ácida para digerirla. Si hemos llenado el estómago previamente de cereales o de verduras, el ácido se va a diluir y no va a tener la misma eficiencia a la hora de procesar la proteína. De modo que hay que comer primero el pescado, seitán, tofu o tempeh y luego seguir con el cereal y las verduras”. Aquí los alimentos que mejoran nuestras digestiones:
YOGUR
Su contenido de probióticos lo convierten en uno de los alimentos que más favorecen la digestión. Los probióticos son microorganismos vivos, como bacterias y levaduras, presentes en los alimentos; fortalecen el sistema inmune y ayudan a preservar la salud de la flora intestinal. Son útiles para mantener el buen tránsito intestinal.
COL FERMENTADA
Un par de cucharadas antes de las comidas estimulan la producción de los ácidos estomacales que intervienen en la digestión. Contiene bacterias beneficiosas para los intestinos, que equilibran la flora intestinal y ayudan a mantener el buen tránsito.
MANZANA
Su contenido de pectina, fibra soluble vegetal, favorece la digestión y previene la fermentación intestinal. También ayuda a reducir el estreñimiento y controlar el colesterol malo o LDL. Las manzanas con cáscara ayudan a mantener la salud del tracto digestivo.
PIÑA
Contiene bromelina, enzima que ayuda a romper las proteínas difíciles de digerir. Aunque no existe suficiente evidencia científica, se consume para combatir afecciones intestinales, hinchazón y úlceras.
ESPÁRRAGOS
Contienen fibra, que ayuda a evitar la constipación y bajar el colesterol malo, y es aconsejable consumirlos para combatir el colon irritable. Es un alimento de calorías negativas, ya que para digerirlo se queman más de las que aporta al organismo (20 calorías cada 100 gramos).
JENGIBRE Y OTROS CONDIMENTOS
Condimentar con jengibre, canela, cúrcuma, eneldo, tomillo, hinojo, romero, comino, cardamomo, coriandro o ajo muy bien cocinado favorece las digestiones. El jengibre tiene propiedades antiinflamatorias, que favorecen la actividad del tracto gastrointestinal. También es eficaz como analgésico y antibacteriano.
Los aceites esenciales del hinojo tienen propiedades antiflatulentas, antiespasmódicas y diuréticas. Ayuda a mejorar trastornos digestivos como digestiones lentas y pesadas, aerofagias, espasmos gastrointestinales y anorexia. Se consume tanto el fruto como la raíz y las hojas.
SOPAS CALIENTES
Tómalas una o dos veces al día, con pequeñas cantidades de verduras de raíz (cebolla, zanahoria, chirivía, nabo..) y condimentadas con sal marina, shoyu, miso o umeboshi.
ACEITE DE OLIVA
Protege del reflujo gástrico que produce acidez, y ayuda a que el contenido del estómago se libere lenta y gradualmente al duodeno, lo que aumenta la sensación de saciedad. Su uso se aconseja desde la antigüedad para favorecer el sistema digestivo.
CONSEJOS PARA MEJORAR LA ENERGÍA DIGESTIVA
Beber: durante la comida lo adecuado es separar la bebida de la comida. Tendríamos que beber un buen vaso de agua antes de comer y después de comer esperar de 30 minutos a 1 hora para volver a ingerir líquidos. Es ideal empezar la comida con un caldo vegetal o sopa de miso y en lugar de un postre tomar una infusión digestiva.
Seleccionar los alimentos: los lácteos, fritos, sofritos. Dulces químicos y alimentos procesados y refinados. Reduce estos alimentos y verás cómo desaparece el problema de las flatulencias y el “abdomen hinchado”.
No abusar de los fármacos: el abuso de ciertos medicamentos como la aspirina, los antiinflamatorios producen indigestión e incluso úlcera gástrica. Si te has de medicar, toma los fármacos siempre con el estómago lleno.
Eliminar tóxicos: el tabaco, el alcohol… son sustancias tóxicas para nuestro aparato digestivo.
Practicar ejercicio físico moderado es excelente: un exceso de ejercicio, por el contrario, podría dejar sin energía a la digestión. De hecho, cuando hacemos un ejercicio muy fuerte, luego ni siquiera tenemos hambre. El apetito desaparece y no vuelve hasta que no nos recuperamos.
Evitar el contacto con el frío: cuando la energía digestiva está muy floja, cualquier frío puede producirle una deficiencia, que se traducirá en síntomas como diarrea, malestar, hinchazón, etcétera.
Fuente: La Vanguardia