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Vitamina D y la enfermedad COVID-19
Uno de los estudios de asociación más empleados, tanto en la investigación como en la terapéutica de la fisiopatología de la COVID-19 , es el de la relación entre los niveles de Vitamina D con la infección, gravedad y pronóstico de la enfermedad.
A día de hoy, las cifras de incidencia de la COVID-19, tanto de prevalencia como de defunción están más estabilizadas y esto deja espacio para realizar estudios poblacionales.
Una de las claves en el tratamiento de pacientes con COVID-19 parece residir en la vitamina D. Diferentes estudios indican que entre un 40-50% de la población presenta déficit de vitamina D, siendo especialmente notable en residencias de ancianos y países como la India donde, o no había suficiente exposición solar o había una alimentación carente de vitamina D. A esto podemos añadir consideraciones de otro tipo, como la genética, que afecta a la síntesis y/o mecanismos de su acción endocrina.
Pero, ¿cuál es la relación de la vitamina D con la COVID-19?
Se conoce que la vitamina D tiene muchas implicaciones a nivel inmunitario, especialmente frente a virus respiratorios.
Estas implicaciones incluyen:
- Interviene en la expresión de algunos genes como la β-defensina, que es capaz de producir la escisión de las membranas de los virus, o la catelicidina, que tiene la capacidad de activar células del sistema inmunitario innato como neutrófilos o granulocitos.
- Interviene en la expresión de algunos receptores de membrana de las células de la inmunidad innata
- Expresión de enzimas lisosomales y liberación de óxido nítrico
- Suprime respuestas inmunitarias adaptativas en las células epiteliales respiratorias durante las infecciones virales, lo cual implica una reducción de citocinas proinflamatorias y un aumento de los linfocitos Treg.
- Regula el sistema renina-angiotensina afectando a la expresión de componentes (enzima convertidora de angiotensina)
¿Cuál es la importancia de la vitamina D en el contexto de la gravedad de laCOVID-19?
Los efectos fisiológicos de la vitamina D podrían ser fundamentales para contrarrestar algunos de los principales efectos patológicos de la enfermedad producida por la COVID-19. Entre estos encontramos diferentes tipos de desregulaciones:
- Inmunológica: característica clave de una sintomatología grave en pacientes con COVID-19. Por lo tanto, tener niveles séricos correctos de vitamina D podría prevenir la tormenta de citoquinas inflamatorias
- Eje Renina-Angiotensina: implicado en los procesos protrombóticos e inflamatorios.
- Cascada coagulatoria : generando coagulopatías.
Dado que la vitamina D ha mostrado beneficios en ciertas infecciones respiratorias virales, incluido la COVID-19, las funciones de esta hormona merecen una mayor exploración y podrían ser una estrategia preventiva y terapéutica en el caso de que nuevas evidencias sigan corroborando su utilidad.
Lo que sí está más claro es que, más que el tratamiento, hay que buscar la prevención. Por eso, los niveles séricos de vitamina D pre COVID-19 son especialmente importantes, ya que, como veíamos al principio de este artículo, el déficit de vitamina D en la población parece también un problema de salud pública.
Mercedes Rodríguez y Ruth Matute – Coordinadora y Responsable del Área Académica de ESI Academy