En la medicina integrativa la decisión del paciente es la base sobre la que se deberían decidir las actuaciones médicas.
Todos hemos tenido y tendremos a lo largo de nuestra vida contacto con el actual sistema sanitario. Será fácil que salgamos del hospital con alguna queja al respecto, no tanto sobre los métodos diagnósticos y tratamientos que se realizan, que también, sino por el trato recibido por algunos profesionales. Frecuentemente las prisas, la sobrecarga asistencial o la falta de tiempo convierten al sistema en un conjunto de técnicas médicas, obviando la parte más humana de la práctica clínica.
Actualmente el profesional sanitario se centra mucho en la enfermedad del paciente y tiende a olvidar que frente a él hay un ser humano con sus dudas, miedos, temores y con esa indefensión de alguien a quien le acaban de dar un diagnóstico y siente que el mundo se tambalea bajo sus pies.
Por supuesto que el paciente necesita el conocimiento tecnológico, quirúrgico y farmacológico que el sistema sanitario pueda poner a su alcance, pero los profesionales deberíamos estar formados no solo en lo relativo a la curación de la parte física, sino también en lo que concierne al ser humano en su totalidad, como son los aspectos cognitivos, emocionales, espirituales, socioculturales y ambientales.
Para ello es necesario un cambio en el modelo de salud que englobe una práctica profesional más empática y cercana y un paciente más concienciado y proactivo, dispuesto a tomar las riendas de su salud.
NUEVO ROL DEL PROFESIONAL SANITARIO
Tenemos que ser capaces de informar al paciente de su situación actual y de todas las herramientas disponibles para tratarle y, además, hay que explicárselo con palabras que sea capaz de comprender y no con tecnicismos encriptados, que a menudo utilizamos.
El profesional tiene que tener la empatía necesaria para escuchar al paciente en las dudas y miedos que le surgen ante la incertidumbre de un nuevo escenario.
Debemos poner al servicio del paciente todas las posibilidades terapéuticas de las que dispongamos y poner en su conocimiento los resultados que podemos obtener, así como los efectos secundarios que puedan surgir, e indicarle que nosotros estaremos ahí para ayudarle.
Tenemos que asumir y aceptar que el paciente tendrá siempre la última palabra ante cualquier decisión sobre su tratamiento. Tenemos la obligación de respetarle y apoyarle en la medida que nos corresponda.
Los profesionales de salud nos convertimos en guía del paciente para acompañarle en todo momento y debemos estar a su lado cuando lo necesite.
COOPERACIÓN IMPLICA MÁS RECURSOS PARA EL MISMO FIN
Cabe destacar la importancia de un equipo médico interdisciplinar. Médicos, enfermeros, nutricionistas, fisioterapeutas, psicólogos y demás profesionales debemos ponernos de acuerdo y trabajar bajo el principio de competencia con un mismo fin: restituir la salud del paciente.
El profesional debe tener presente que la salud es un conjunto que engloba muchas variables, entre ellas la salud física, emocional, mental, social y medioambiental. En realidad no se trata de que los profesionales estemos formados en todas estas áreas, sino que debemos tenerlas en cuenta tanto para saber derivar a otros profesionales cuando sea necesario, como para respetar las propias creencias y valores del paciente.
Los terapeutas tenemos que saber que aunque la curación no sea posible, siempre se puede conseguir mejorar la calidad de vida del paciente y aliviar su sufrimiento.
NUEVO ROL DEL PACIENTE: PACIENTE EXPERTO COMPROMETIDO CON SU SALUD
Lo más importante es que pasamos de un paciente que espera a que le curen a un paciente proactivo que está dispuesto a adquirir las herramientas necesarias para restituir su salud.
➝ El paciente tiene que estar dispuesto a formarse e informarse en todo lo referente a su patología, convirtiéndose en un experto de su enfermedad.
➝ Adquiere las capacidades necesarias para identificar precozmente los síntomas de su dolencia y dar la respuesta adecuada.
➝ Es capaz de realizar cambios en sus hábitos cotidianos para adquirir otros más saludables que contribuyan a mejorar su salud y prevenir futuras complicaciones como son: comer sano, hacer ejercicio, controlar el estrés, mejorar sus relaciones sociales, vivir –dentro de lo posible– en un entorno sano, libre de radiaciones y de tóxicos medioambientales, etc.
➝ El paciente debe sentirse un agente activo en el sistema sanitario y estar dispuesto a cooperar con los expertos y corresponsabilizarse de su salud.
En realidad estamos hablando de un modelo menos paternalista, en el que el paciente también tiene su parte de responsabilidad, ya no es un mero observador que se limita a hacer lo que le dicen. Él tiene la información y la capacidad de decisión, a partir de ahí los profesionales le guiamos y acompañamos en el proceso de sanación.
Así es como nosotros lo vemos y bajo estos principios trabajamos en la Clínica de Medicina Integrativa.
El objetivo de todo el equipo profesional de salud siempre es guiar y acompañar al paciente respetando sus decisiones mientras ponemos a su alcance un amplio abanico de posibilidades terapéuticas, que abarcan el tratamiento no solo de su patología sino de la persona en su conjunto, lo que nos permite un contacto más cercano con el paciente y con sus necesidades.
La medicina integrativa aumenta la calidad de vida del paciente y proporciona mayor satisfacción personal a los profesionales.
Por otro lado hay que explicar que en realidad no se trata solo de un cambio en la práctica médica por parte de los profesionales, ni siquiera en un cambio de rol del paciente, que ya hemos hablado, en realidad es algo más que eso, es un cambio de conciencia global en el que estamos implicados todos, profesionales, pacientes y la sociedad en su totalidad.
Prueba de ello es, por ejemplo, la Fundación Vivo Sano cuyo fin es crear una sociedad más sana, donde las personas se encuentren bien en todos los aspectos de sus vidas, disfrutando de una buena salud física y mental, de unas relaciones constructivas, viviendo en un entorno saludable.
O el proyecto “Yo cambio el mundo cambiándome yo” que nace con el propósito de crear conciencia sobre la importancia de asumir la responsabilidad individual y la actuación ética y eficiente en cualquier rol que nos desempeñemos, ya sea como líderes o como miembros de grupos, en aras de lograr mayor satisfacción y bienestar personal y colectivo.
Todo cambio que queramos evidenciar en nuestro entorno, comienza por nuestro propio y particular cambio personal.
Retomar la confianza en nosotros mismos, mejorar nuestras relaciones personales, optimizar nuestro tiempo y recursos, tomar decisiones prácticas, efectivas y eficientes, y convertir estas acciones en hábitos de vida, son elementos clave para recuperar nuestro poder personal y transformar nuestras vidas para siempre.
Autor: Ayla Mª Faulín García
Web: www.medicinaintegrativa.com